Desde una perspectiva a largo plazo, las mejoras y renovaciones de las infraestructuras pueden ser rentables en algunos casos, pero ¿es ésta la única solución?
Las Cestas Suben, Luego Crecen los Temores
En el segundo trimestre de 2022, el precio medio de venta de la electricidad en el mercado competitivo fue de 471,96 PLN/MWh1. En comparación, en el mismo periodo de 2021, la suma fue de 255,99 PLN/MWh1. La diferencia es significativa y la sienten no sólo los hogares y las empresas, sino también las instituciones públicas como los centros médicos, las escuelas, las universidades y las prisiones.
El gobierno intenta proteger a los consumidores de energía creando escudos de solidaridad. Para los hogares, los precios de la electricidad en 2023 se congelarán al nivel de este año, pero esta tarifa se aplicará al consumo de hasta dos megavatios-hora.
También para algunos empresarios, el Gobierno prevé programas de ayuda. Según el proyecto de ley, las entidades cuyas operaciones se vean amenazadas por el aumento de los costes de la energía y el gas podrán contar con ayudas.
El Ministerio de Patrimonio del Estado ha preparado una solución que prevé la introducción de un precio máximo de la energía también para los llamados consumidores sensibles, es decir, instituciones educativas, hospitales u ONG, entre otros. Sin embargo, el ahorro no es la única razón para inclinarse más por la reducción del consumo de energía y calor.
En Polonia, la gran mayoría de la electricidad se genera en centrales eléctricas convencionales, es decir, las que funcionan con carbón o lignito. Según la Red Eléctrica Polaca, en agosto de este año sólo 14,32% de la energía generada procedía de fuentes renovables.
El mercado obliga cada vez más a las empresas a calcular su llamada huella de carbono, es decir, las emisiones de gases de efecto invernadero producidas directa o indirectamente por una persona, organización, evento o producto. La huella de carbono se ve cada vez más a través del prisma de la responsabilidad empresarial, ya que una empresa socialmente responsable también debe hacer todo lo posible por reducir los efectos negativos de sus operaciones sobre el medio ambiente.
¿Qué Medidas Hay Que Tomar?
A nivel doméstico, se pueden tomar muchas medidas para reducir el consumo de electricidad y calefacción.
Sin embargo, para algunas instituciones públicas es un reto mucho mayor. Los hospitales, las escuelas, las universidades o las oficinas gubernamentales son lugares en los que este ahorro es más difícil de conseguir. Desde una perspectiva a largo plazo, las soluciones para lograr una mayor independencia energética, como las bombas de calor y la energía fotovoltaica, funcionarán sin duda. Sin embargo, los administradores de los edificios deben considerar también otras mejoras que pueden reducir significativamente el consumo, como:
- Comprobar la estanqueidad de las ventanas y puertas de los edificios y eliminar los defectos,
- Aislamiento de edificios,
- Sustituir las bombillas incandescentes por otras de bajo consumo,
- Apagar la iluminación exterior innecesaria,
- Control del calor,
- El uso de tecnologías modernas.
Como Jérémy Laurens, director general de Blulog una empresa que ofrece soluciones de control de la temperatura de última generación, señala: - Con la ayuda de los dispositivos Blulog, instalados en frigoríficos, salas de estudio y de hospital, y de hecho en cualquier otro lugar donde la optimización sea un tema importante, el usuario puede reducir el consumo de energía hasta 5-10%. Esta solución ayudará a controlar la temperatura para que esté en el nivel adecuado según las necesidades. Además, con el mismo aparato se pueden medir otros parámetros, como el nivel de humedad o la intensidad de la corriente.
Proporcionar una educación eficaz sobre el uso responsable de las infraestructuras para sus usuarios también puede resultar una solución parcial para los propietarios de empresas y los directores de instituciones. Informar a los empleados sobre formas básicas de ahorrar energía y calefacción, como apagar la iluminación innecesaria o reducir la calefacción en las habitaciones no utilizadas, puede resultar un agradable remedio parcial para las elevadas facturas de los servicios públicos.
1Fuente: ERO